El plan era subir a un planeador repleto de explosivos que iba adosado a un gran bombardero, sobrevolar el océano hasta dar con un portaaviones enemigo y estrellarse contra él.

Y todo parecía ir de acuerdo a lo previsto, hasta que en plena batalla el Bombardero que sostenía su planeador fue alcanzado por una ráfaga de balas. El gran avión soltó a Haruo antes de lo previsto y el kamikaze hizo todo lo que pudo para estamparse contra el portaaviones.
Sorteó milagrosamente todas las balas de alcance que silbaban a su alrededor, pero no pudo llegar a su objetivo y se estrelló contra el mar.
Un sentimiento de deshonor invadió a Haruo cuando fue rescatado por marines estadounidenses.
-Casi alcancé al barco -explicó-, pero de repente me encontré bajo el agua.
En Japón consideraron aquella acción una vergüenza y Haruo Hirota no regresó.
Al terminar la guerra, el japonés tenía 20 años y rehizo su vida. Se casó y tuvo dos hijos.
Comenzó a trabajar en un restaurante en Washington hasta convertirse en un reputado Chef.
fuente: http://aldea-irreductible.blogspot.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario